jueves, 9 de febrero de 2012

Al recostarme sobre mi almohada

A veces, al recostarme sobre mi almohada
hay ideas que se posan en mi pensar,
a veces, al cerrar los ojos e intentar soñar
los sueños dejan a la ilusión hacer una escapada.

Y en esa escapada, vuelvo bien alto
y miro desde arriba, sintiendome libre.
Miro y observo, lo veo todo tan claro...
que siempre así me gustaría sentirme.

Y es cuando me pregunto insesante
casi de forma literalmente al instante
porqué bajo de nuevo tambaleante
sabiendo siempre que nada es tan importante.

Nada es tan importante
como para hacer que me pierda
o para que olvide un solo instante
que mi corazón no es de piedra.

Nada es suficiente
para que abandone mis ideales,
nisiquiera para que me replantee
si he sufrido alguna vez, en varde.

Nunca será bastante
para que piense que he de detenerme,
pues no parare hasta helar el fuego que arde
en el infierno más lúgubre y ténebre.

A veces cuando descanso en mi cama
sonrío mirando el techo y abrazando la almohada,
sintiendome orgulloso, voy cerrando los ojos
sabiendo que día a día, voy superándome, poco a poco.

1 comentarios:

Utopía - Ana Calatayud L. dijo...

Muy bien dicho, ¡así se habla! No pararemos hasta helar el fuego que arde :) Un abrazo! <3