miércoles, 14 de diciembre de 2011

En un rinconcito, mi alma

En un riconcito, mi alma,
quizás sola por siempre
o quizás acabe acompañada
y juntas el dolor ahuyenten.

En un riconcito, mi alma,
vive atenta y sonriente
sabiendo que salga o entre
nada ni nadie romperá su calma.

En un riconcito, mi alma,
donde el tiempo se detiene,
ella sola a pensar se para
y llega a una conclusion sorprendente.

Pues en ese riconcito resplandeciente
llega a pensar, casi inconscientemente,
que todo lo pasado solo fué una prueba más
para poder por fín sus alas libremente alzar.

En ese rinconcito casi insignificante
donde lo único eterno y cálido
fué la esperanza que sin querer alternó
con la vida propias y sus reclamos.

En un rinconcito, mi alma,
consigue por fin su paz.
Sonríe, de todo eres capaz,
sonríe, vuela y vuelve a amar.

En un riconcito logró
volver a resucitar...
ese rinconcito quedó
impregnado por su bondad.

En un rinconcito, mi alma,
comprendió que amar
no es justo, pero reconfortante
cuando es por ambas partes.

La dejo en ese riconcito atenta
por si algun dia se acerca alguien,
para que sin dudar ella misma pueda
saber si es quien a la felicidad la llevase.

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